Por fin se hubo acabado. No me refiero a los carnavales que todavía queda el entierro de la sardina. Pero se acabó el congreso mundial de la telefonía movil. Y este año no me ha tocado pringar en ese lugar inhumano. O digámos culto al progreso de la frialdad humana. Vease en la sig

uiente
imagen.
De todos modos si el siguiente año vuelve el infierno en esta hologada

ciudad, procurad amigos míos, y los que no lo sean, evitar a toda costa la plaza España y cualquiera ruta que os lleve hasta ella. Seamos generosos y no le pongamos más dificultades a los pobres guardias urbanos que sufieciente tienen con los taxistas. Y es que el problema no es el taxista si no por donde carajo paso para recoger a los malditos yupis sin provocar sobresaltos a sus propios compañeros y los urbanos que de mala hostia estan por tener que aguantar a los bordes de traje y corbata. No sé que fue lo peor si su mala educación o la mala comida con la que nos proveyeron en su dia cuando trabajé.
Si, no volveria a trabajar en ese sitio ni por 3000€, la dignidad de una persona no tiene precio. No hay dinero que recompense el mal rato.
A mi me gustaría saber que coño sacamos de beneficio nosotros, simples trabajadores y ciudadanos de pie de todo este revuelto que se forma cuando se celebra un congreso de este aire.