Bueno pues, el pasado 11 de septiembre, volvimos a tomar el desafio. Llegamos bien y sin accidentes y con la única anécdota de que a uno de los tripulantes fue confundido por otra persona, a través del teléfono cuatro veces en una mañana.
Como en la otra ocasión, tomamos el camino hacia Begues y desde allí atravesamos el parque Natural del Garraf. Calor y calor, camina que te camina. Atravesamos la maldita urbanización y ajá! aquí está el templo de la Plana Novella.
Y qué decir del templo? Pues la impresión que me dió es que es igual paralelamente al Santuario de Montserrat. Un lugar sacro invadido por el mercandanshing tipo Port Aventura. Sólo que la única diferencia que encontraréis que en éste hay atracciones a punta pala y en los otros visitas guíadas.
Lo único que valió la pena es el esfuerzo de haberse pateado unos 20 kilómetros, casi, en cuatro horas. Y lo dificil fue volver ya que en ese punto nos aventuramos en nueva ruta. ¿Seria la correcta? Parecio que sí, aunque algunos de nuestros acompañantes les costara el ritmo, conseguimos llegar a la estación del Garraf, municipio casi despoblado, antes del anochecer.
El demonio del templo nos volvió a amenazar con su ironía, pues el tiempo se quedó tapado por unas nubes bastantes hostiles, pero no hubo gota de lluvia sobre nuestras cabezas. Aunque llegamos algo cansados, después de haber hecho más 35 kilómetros reventamos la cama, algunos no tanto pues debíamos ir atrabajar al dia siguiente. El letargo mio tuvo que esperar 24 horas. Ya entonces me saqué la espina del lama centro.
